La publicidad exterior es efectiva. Tarde o temprano todos vamos a verla. Por ésta razón, muchos consideran el cartel como el mayor reto creativo. La publicidad exterior es un medio masivo. Lo que se muestra en la calle puede crear un fuerte impacto en el consumidor. Una campaña dinámica en exteriores puede ayudar a crear marcas, crear conocimiento de la existencia de un producto, promover eventos y generar respuestas. Un arte creativo se comunica de manera directa con su audiencia (en su cara), y crea una impresión larga y duradera en su mente.
La audiencia en exteriores ve los anuncios desde automóviles o vehículos en tránsito. De hecho, la publicidad exterior se mide en función del número de vehículos que circulan por un tramo de calle determinado combinando algunas métricas de alcance y frecuencia.
El diseño de carteles está basado en el movimiento.
La creatividad en exteriores puede ser segmentada a su audiencia. Información socio-demográfica incluyendo edad, sexo, raza, nivel de ingreso y patrones de viaje pueden ser marcados en mapas y elegir aquellos que cumplen con condiciones específicas, permitiendo al anunciante alcanzar a su grupo objetivo con mensajes que sean atractivos de acuerdo a sus gustos y preferencias. En una era en la que la televisión, el radio y los impresos están fragmentándose cada vez más, la publicidad exterior mantiene su característica principal: no puede ser ignorada. Está ahí, en la calle, en su cara, en su mente, las 24 horas del día, todos los días.
A lo largo de su historia, el elemento fundamental de la publicidad exterior efectiva no ha cambiado. La esencia de la publicidad exterior es la simplicidad. Considéralo un dogma, un reto creativo… la clave está en enfocarse en lo importante.